Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA) y la Agencia IDEA han organizado una reunión con un grupo destacado de empresas agroalimentarias andaluzas en la Feria Internacional de la Alimentación Alimentaria sobre "La huella de carbono de los alimentos como estrategia comercial".
La "huella de carbono" de un producto cuantifica la generación de gases de efecto invernadero (medida en emisiones de CO2) debida a las actividades de producción y comercialización de un producto. El consumidor cada vez exige mayores argumentos para ejercer su decisión de compra con responsabilidad, como pueden ser la sostenibilidad de los procesos o la concienciación medioambiental.
Las grandes distribuidoras alimentarias internacionales (Salsbury, Wall-Mart…) están requiriendo ya a sus proveedores la cuantificación de su huella. Suecia y Francia ya han regulado el etiquetado de los productos con la información de las emisiones que han requerido.
En Andalucía, la Consejería de Agricultura y Pesca ha financiado un proyecto piloto de la Asociación de Productores Ecológicos de Andalucía para el cálculo de la Huella de Carbono de varios alimentos andaluces: el aceite de oliva, el vino y el tomate sherry.
El director general de Industrias de la Consejería de Agricultura y Pesca, Ricardo Domínguez, anunció que la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía prepara una orden que permita la utilización de una marca que avale la realización de la verificación del cálculo de la huella del carbono.
La Agencia IDEA y CTA crearán un grupo de trabajo para avanzar en la detección de tecnologías de control medioambiental y en aspectos estratégicos derivados de la posibilidad de uso de esta marca.