La Fundación Genoma España, el Instituto Andaluz de Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) y Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA) coordinan un ambicioso proyecto de I+D+i denominado Oleagen, que utiliza la genómica para descifrar el mapa genético del olivo con el fin de conseguir información clave para obtener variedades de olivar que garanticen explotaciones más productivas y rentables y aceites de mayor calidad o con características más beneficiosas para la salud, entre otras posibilidades.
El proyecto, iniciado en 2008 y que se prevé finalizar en febrero de 2011, cuenta con una inversión de 3 millones de euros, en la que participan Genoma España, con un 60%, e IFAPA y CTA, con un 20% cada uno. El equipo de investigación está integrado por 59 científicos de 12 grupos de investigación, de los que 9 están ubicados en Andalucía y pertenecen al centro del IFAPA Alameda del Obispo (Córdoba), el Instituto de Agricultura Sostenible, el Instituto de la Grasa (CSIC) y las Universidades de Málaga, Córdoba y Jaén.
La iniciativa persigue la generación de nuevas herramientas genómicas en olivo y su aplicación en el análisis de la calidad del fruto y del aceite, así como sus caracteres agronómicos y, entre sus grandes objetivos, destacan:
• la generación del mapa genético del olivo y otras herramientas genómicas en olivo, que permitirán acelerar la obtención de nuevas variedades con mejores características agronómicas o de calidad del fruto y/o el aceite
• el desarrollo de una base de datos con recursos genómicos y agronómicos, asociada a una plataforma bioinformática.
• y la identificación de genes relacionados con la calidad del fruto y del aceite, así como otros rasgos agronómicos de interés.
Así, el proyecto Oleagen utiliza avanzadas técnicas de análisis de ADN para identificar los genes responsables de la acumulación de los aceites que forman parte de la aceituna, los denominados ácidos grasos, y del perfil cualitativo y cuantitativo de ácidos grasos, polifenoles (moléculas con un alto poder antioxidante) y compuestos volátiles (responsables del aroma) presentes en el aceite, con el fin de saber con precisión qué genes influyen en la producción y calidad del aceite de oliva. Asimismo, estudia los genes relacionados con características productivas de interés agronómico, como el vigor y arquitectura de las plantas y su precocidad de entrada en producción, caracteres de gran interés para el sector olivarero en la actualidad debido a que las tendencias conducen a explotaciones intensivas, cada vez más densas, con árboles más pequeños y que necesiten el menor tiempo posible para entrar en producción.
Nuevas variedades más competitivas de olivar
En definitiva, se espera que los resultados del proyecto permitan obtener el mapa genético del olivo y unas bases moleculares útiles (biomarcadores) para el desarrollo de nuevas variedades de olivo, que produzcan más cantidad de aceite que las actuales y/o con una amplia gama de calidades organolépticas y funcionales, adaptadas a los gustos del consumidor (por ejemplo, en el sabor del aceite) y algunos de los retos del sector olivarero (por ejemplo, características biosaludables del aceite o desarrollo de explotaciones intensivas).
La utilización de los resultados del proyecto por empresas andaluzas permitiría posicionar con ventaja el sector olivarero andaluz frente a competidores internacionales en el mercado del aceite de oliva, aceituna de mesa y como generador de variedades de olivo altamente competitivas en términos comerciales y agronómicos.
Las investigaciones se encuentran muy avanzadas, ya se han identificado más de 130.000 genes del olivo y se ha desarrollado por primera vez un método contrastado de transformación genética del olivo, que es la herramienta que permitirá estudiar la funcionalidad de los genes. Además, el proyecto ha sido evaluado positivamente por varios expertos internacionales de reconocido prestigio de la Universidad de Carolina del Norte (EEUU), el Centro Nacional de Biotecnología (España) y la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel), quienes han destacado la multidisciplinariedad del equipo, la capacidad de incorporar nuevas tecnologías genómicas punteras, el uso del Banco Mundial de Germoplasma del Olivo (situado en Córdoba, en las instalaciones del IFAPA) y el hecho de que es la primera vez que se desarrolla un proyecto de estas características en olivo.